EN LA CAVERNA DE SOKAR.

Tras superar las pruebas de la bajada a lo más profundo de la Tierra (o de uno mismo),

la Barca Solar, remolcada, se dirige hacia la Caverna donde está el dios Sokar, Señor de la Necrópolis de Menfis y una forma de Osiris. En este viaje deberá pasar sobre una pirámide con cabeza de mujer, la Montaña donde se encuentra Sokar (en el antiguo Egipto la pirámide representa la Montaña Primordial sobre la cual surge la vida), siendo ayudada por un Jepri –escarabajo- que sale de un montículo con dos golondrinas: es el Montículo de Osiris donde el dios fue regenerado tras ser fragmentado por Seth; las dos aves son Isis y Neftis, que lo protegen y aseguran su regeneración; el Jepri que tira de la cuerda de la Barca es el propio dios Osiris, que siempre vela por aquellos que, como Ra, marchan por la Duat hacia su renacimiento espiritual y no se detienen en ella.

Debajo de todo se produce el primer encuentro entre Ra y Sokar-Osiris, pero para acceder a la cueva hay que pasar ante la protectora Esfinge de dos cabezas. Una vez en el interior Sokar, con cabeza de halcón, se une a Ra que aparece como una serpiente alada: el reencuentro del ba con el ka, del espíritu con su parte psíquica; el tiempo se detiene y uno comienza a ser Señor de Sí Mismo tras ser Justificado. (Esta escena es una especie de peso del corazón en los textos del Libro de los Muertos).

Quien supera el encuentro con Sokar puede seguir navegando por las Aguas de la Vida hacia su pronta transmutación, representado en los cuatro dioses de la derecha que, sentados, portan los atributos de la realeza y del poder, fundamentales para la renovación. Pero quien no lo supera será arrojado al “Lago de Fuego” hasta que logre purificarse, por ello a la izquierda hay cuatro genios con llamas sobre la cabeza.

Bajo la Cueva Misteriosa de Sokar hay un lago de agua fría y de agua ardiente. Los justificados beberán de las aguas frescas, pero los condenados lo harán de las aguas de fuego.

Todo este pasaje nos recuerda el de otra religión muy posterior, que adoptó muchas de estas representaciones: “Los justos serán puestos a la derecha del Padre y los impíos a su izquierda, para ser condenados en los fuegos”.

Dice el texto: “Este Gran Dios (Ra) es remolcado por los trazados caminos de la Duat por la mitad superior de la Caverna Misteriosa de Sokar, El que Está sobre su Arena… El Lugar Sagrado en la Tirra de Sokar, la Carne, el cuerpo en sus  primeras formas de manifestación… El que conozca esto tendrá su ba en paz,  descansará como descansa Sokar”.

“¡Oh Ra! Tú hablas a Osiris, Tú llamas a Sokar para que pueda vivir. ¡Ven a Jepri, oh Ra! ¡Ven a Ra, oh Jepri! La cuerda de remolque que tú has traído es elevada por Jepri para que pueda ayudar a Ra y pueda transitar rectamente los misteriosos caminos de Ra, Horus del Horizonte. ¡El cielo está en paz, en paz! ¡Ra está unido al hermoso Oeste!

 

 

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