“Un sistema político en ruinas basado en su nepotismo tóxico y su falsa riqueza ha destrozado la dignidad de un pueblo” (La espada de Damocles, de Petros Márkaris).
Ante la situación económica actual han comenzado a salir a la luz una parte mínima de los abusos del poder político y no solo de la banca y de los grandes capitales.
Como filósofos debemos ir a las “causas” y estas son éticas: una falta de valores sobre lo que es el bien común y la responsabilidad de gobierno.
En lo que se refiere a los partidos políticos muchas son las voces que señalan cómo estos han caído en una “partidocracia” o nueva aristocracia hereditaria, cargada de privilegios y vaciada de responsabilidades, donde se ha cambiado el principio del “servicio público” por el de “servirse de lo público” para enriquecerse a sí mismos y a sus allegados, comprando así voluntades y votos que les permitan perpetuarse en el poder, un poder que les ha sido otorgado por los ciudadanos y del que deberían ser muy cuidadosos… y rendir cuentas muy claras sobre su uso.
La mala praxis de un importante sector de la política ha dado paso a una realidad social insolidaria y rota que el periodista griego Petros Márkaris, en su último libro, "La espada de Damocles" de ediciones Tusquets, disecciona de forma clara y contundente. Su visión de la Grecia de la crisis nos ayuda a reflexionar sobre la (misma) situación que tenemos en España, pues las “causas” son idénticas.
Nos dice Petros Márkaris que una cosa son los partidos que están en el Parlamento (los partidos políticos) y otra los “partidos” en que ha quedado dividida la sociedad hoy en día, que él clasifica en cuatro, cada vez más distantes y enfrentados entre sí… Y este, a mi entender, es el gran problema: ¡la división social, no ya CON la clase política, sino ENTRE la propia sociedad! “Un sistema político en ruinas basado en su nepotismo tóxico y su falsa riqueza ha destrozado la dignidad de un pueblo”.
En primer lugar, estaría EL PARTIDO DE LOS BENEFICIARIOS O DE LOS DEFRAUDADORES, formado por todos los que “se han beneficiado del mercantilismo político, especialmente en los últimos treinta años”. Y todos son defraudadores. Establece tres grupos dentro de él.
1- Los grandes beneficiarios. Las empresas de construcción y empresas suministradoras de los servicios públicos, en especial los hospitales, a través de la aprobación de presupuestos desmedidos e incontrolados. Este grupo había establecido un acuerdo mafioso con el partido del Gobierno para seguir beneficiándose mutuamente. “Todos en el aparato del Estado sabían de la existencia de estos contactos y del coste que suponían para la sociedad, pero todos callaban. No solo porque los partidos se embolsaban así enormes donativos, sino porque estos sectores corruptos financiaban campañas electorales a los diputados, quienes a su vez se aseguraban buenos puestos de trabajo para sus familiares”.
2- Los trabajadores autónomos con ingresos elevados, como médicos o abogados de alto nivel. ¿Con IVA o sin IVA? Reciben una gran cantidad de ingresos que no declaran, pero como son una clase muy influyente y muchos de ellos ocupan altos cargos en los partidos políticos, el partido del Gobierno no permite que las autoridades los delaten y les obligan a hacer la vista gorda. Existía así otro acuerdo mafioso entre ambas partes.
3- Los agricultores que reciben ayudas arbitrarias y sin control, provenientes de las subvenciones de la Comunidad Económica Europea a la agricultura griega (española), así como créditos muy favorables del Banco Agrícola Griego, créditos que nunca fueron devueltos. “En la actualidad el Banco Agrícola está en quiebra y estos campesinos se pasean por su pueblo en sus Jeep Cherokee”. Este es el tercer tipo de acuerdo mafioso del poder. Aunque se sabía, desde el Gobierno no se hizo nada porque “los votos del campo eran muy valiosos”.
Y en España podríamos agregar un 4.º grupo de beneficiados: la banca, por el poco o nulo control que el partido del Gobierno realizó sobre sus operaciones y los préstamos a bajo interés que estos recibieron de aquellos para cosas particulares y proyectos faraónicos.
Y dentro de este “partido de los beneficiarios”, el periodista incluye a los que quieren que vuelva la antigua moneda, el dracma (para nosotros la peseta), para comprar muy baratos los actuales bienes del Estado, que tendrá que venderlos para conseguir unos ingresos de los que carece por estar en quiebra. Así se enriquecen más.
Mientras el partido de los beneficiarios y defraudadores no siente la crisis, pues han trasladado su dinero al extranjero, el conjunto de los ciudadanos sin recursos no deja de crecer y acuden cada vez más a albergues y comedores sociales. Petros Márkaris describe cómo en Atenas se ha disparado el número de personas que hacen cola en Médicos Sin Fronteras para recibir gratis algunas medicinas que no se pueden costear. ”La miseria de los inmigrantes se extiende a los griegos”.
En segundo lugar, está EL PARTIDO DE LOS HONRADOS O DE LOS MÁRTIRES, formado por dos grupos:
1- De él forman parte todos los verdaderos trabajadores del país, además de los funcionarios de oposición: los dueños de pequeñas y medianas empresas y los pequeños autónomos (taxistas, técnicos, gestores, abogados y médicos-personal de enfermería de nivel normal, etc.). “Trabajan duro y pagan religiosamente sus impuestos. Sin embargo, aunque el partido de los mártires es el mayor de los grupos no parlamentarios, no es lo suficientemente fuerte para aliarse con nadie. Por eso lo explotan por todas partes. Son los que mayores sacrificios realizan a causa de la crisis, por eso me gusta llamarlos mártires”. Les ha afectado muchísimo la recesión: la falta de dinero en la calle y la falta de créditos bancarios a las empresas. Y están obligados a pagar todos los impuestos y las subidas del IVA, además de los impuestos extras que se establecen (por el Gobierno y/o las autonomías). Por eso entre ellos cunde el desánimo, la falta de perspectiva de un futuro mejor, que se refleja en la cantidad de tiendas cerradas o sin clientes y en el tema de conversación, muy pesimista. “Cuando una gran parte de la sociedad no logra reunir el optimismo necesario, significa que la vida es en verdad agobiante”. En España es verdaderamente sangrante la baja de autónomos; en Andalucía se ha llegado a la cifra escalofriante de 3.000 bajas al día.
También los funcionarios de oposición, que nada tienen que ver con el enchufismo de los políticos, “son los únicos funcionarios que trabajan de verdad, en ocasiones llevando la carga de dos o tres compañeros que son miembros del partido. Son las víctimas del sistema”.
2- Y los empleados y los trabajadores en paro del sector privado. Cada vez menos trabajadores cobran su sueldo al día, íntegro y sin retrasos, al haber poco consumo porque los bancos han utilizado el dinero destinado a créditos a las pequeñas y medianas empresas, en sanear sus balances destrozados por una muy mala praxis ética y bancaria. Cada día cierran más pequeñas y medianas empresas y los trabajadores “viven angustiados, con el temor de que la empresa donde trabajan se vaya a pique de un día para otro”.
Javier Saura
Director en Cádiz de la Organización Internacional Nueva Acrópolis