Charla-Coloquio
Viernes 13 de enero de 2006
20,30 horas
Entrada Libre ¿Que hacer con nuestras Emociones? Reprimirlas tal vez, como en algunas épocas; Darles rienda suelta por el contrario, como se promueve ahora; controlarlas quizás, para que no nos gobiernen; o ... y por qué no, gobernarlas, como promovieron varias escuelas de pensamiento en distintos momentos de la historia.

Un paso prudente, sin embargo, antes de tratar de hacer o deshacer con las Emociones, es tratar de entenderlas y empezar por definirlas sin que la cosa se complique mucho. Es decir de manera clara y con términos fáciles de entender. Estamos hablando de fenómenos afectivos, como también lo son las Pasiones y los Sentimientos, en donde tenemos tendencia a mezclarlo todo por la simple y sencilla razón de que se trata de procesos subjetivos que no podemos ver, medir ni pesar. Lo que sí podemos ver sin duda son las consecuencias de estos procesos cuando se nos escapan de la mano, es decir a posteriori, después de haberse manifestado. Sería ideal tener la claridad que nos permita prever algunas emociones antes de que estas se manifiesten, ya que eso a su vez, en un mundo ideal, no permitiría prevenir sus consecuencias.

Los estados afectivos tienen la necesidad imperiosa de expresarse, cuando lo hacen normalmente todo marcha sobre ruedas, pero cuando esa expresión es caótica asume las características de una tormenta interior que paraliza la conducta racional y puede conducir tanto a la más grande agresividad como a la más aplastante depresión. Por eso nos parece importante el tema, no sólo como ejercicio académico sino como algo práctico de todos los días.

La motivaciones dependen de nuestras necesidades, pero si las emociones por una razón u otra nos nublan la visión de lo que realmente es importante para nosotros perdemos claridad ... no sabemos realmente qué es lo que queremos, a dónde queremos llegar y por qué. Entonces nos movemos, pero no avanzamos, damos grandes vueltas y nos sorprendemos cuando nos encontramos, en algún
momento, otra vez en el punto de partida y ... nos desmotivamos, ya que no le encontramos sentido a los que hacemos.

Ésta es una buena oportunidad para intercambiar ideas y, de ser posible, aclarar algunas.
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