Charla-Coloquio
Jueves 17 de marzo
20,30 hr. Cuando algo nos parece estéticamente proporcionado ello es debido a una explicación matematica, a la llamada "proporción aurea" o "divina proporción". Recibe el nombre de "divina proporción" porque es la proporción que tiene la naturaleza, o la proporción que Dios materializó en la naturaleza, según creían algunas civilizaciones.

Desde nuestros orígenes, los sabios se preocuparon de encuadrar lo que hacían los artistas, dentro de las proporciones que hay en la naturaleza. Tomaron de ejemplo a la propia naturaleza para enfocar esas proporciones, a las obras que hacían los artistas. Estos estudios alcanzaron sus etapas culminantes primero en Egipto, después en Grecia y por fin en el Renacimiento.

Leonardo de Pisa, más conocido como Fibonacci, introdujo la secuencia que lleva su nombre. Esta serie se genera para resolver un problema biológico: ¿Cuántos pares de conejos se pueden producir a partir de un solo par, si cada par produce un nuevo par cada mes, sólo los conejos de más de un mes de edad pueden reproducirse y ninguno se muere? Resolvamos el problema: al principio hay un par de conejos, al mes sigue habiendo el mismo par, pero al segundo mes hay dos pares. Una de esas parejas puede reproducirse, pero la otra no, de tal forma que al tercer mes hay tres parejas. Dos de ellas se reproducen y a los cuatro meses hay cinco pares de conejos. Comprobemos cómo va la secuencia de parejas: 1,1,2,3,5. Al analizar la serie nos damos cuenta de que no hay que continuar el cálculo razonado porque la sucesión tiene una pauta numérica recursiva: cada término o cifra de la misma es el resultado de sumar los dos términos precedentes. A partir de entonces la secuencia 1,1,2,3,5,8,13,21,34,55,89... se llama serie de Fibonacci.

Y esta serie de Fibonacci entra en relación con el número de oro, la estética y la armonía de la naturaleza...
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