Démeter se convirtió en la cuarta esposa de Zeus (padre de todos los dioses, dueño y señor del cielo), del matrimonio nació Core (doncella), que luego recibe el nombre de Perséfone, una doncella de gran hermosura. Su madre sentía un gran amor por ella. Una vez la joven salió al campo repleto de flores, pero el destino le jugaría una mala pasada, pues un día Hades (dios del infierno) pasó por donde ella jugaba, la raptó, y se la llevó al mundo que él gobernaba.
Zeus al ver la tragedia, se vio obligado a intervenir, pero Perséfone ya había probado del fruto prohibido de los infiernos: la granada. Esto hizo imposible que regresara al mundo de los vivos junto con su adorada madre. Ante este conflicto, finalmente pactaron un compromiso, que permitía a la joven estar un tiempo con su esposo Hades, y otro tiempo, con su madre.
Cuando la doncella regresa con su madre, Démeter se llena de alegría, hace reverdecer la tierra, con flores y frutos, pero cuando su hija parte, la tristeza invade a su madre, lo cual se refleja en otoño e invierno.