Aunque la lectura de esta obra está impregnada del romanticismo alemán, su estudio entraña mucha riqueza y una necesidad de analizar infinidad de detalles que nos van a sumergir en un mundo más intuitivo e introspectivo que racional. Fausto, es un personaje sumamente controvertido, que ha entrado en el mundo de la alquimia, aunque con mentalidad científica, sin ninguna clave mistérica. Mefistófeles, su daimon le ayudará a actuar, aunque se equivocará una y mil veces, hasta que consigue vencer todos sus miedos. Al final logra realizar un trabajo totalmente altruista, donde ha sido capaz de integrar los contrarios, espiritualizando su personalidad.