Una vez superada la peligrosa prueba de la maléfica serpiente Apofis, la Barca de Ra (el sol-alma del difunto-candidato a la iniciación) puede seguir su camino,

pero sigue siendo protegida por diferentes dioses y, ahora, es remolcada por la Duat pues ya no es necesaria la magia protectora de Isis.

Los otros dos registros representan tumbas: el primero con dioses y el tercer registro con hombres. Ra pasa repartiendo sus bendiciones y aquellos que las escuchan pueden levantarse de sus tumbas, a su paso.

Las telas de la momificación son representaciones de la renovación tras la unión del cuerpo y del alma, de ahí su importancia en el rito funerario.

“Ellos son así sobre su ropaje como las formas secretas de Horus, el heredero de Osiris”.

“Ra llama a los dioses que hay allí, en todas las cavernas de esta ciudad (Hora)… Las puertas se abren hacia arriba a la voz de este dios, cada día, luego ellos se ocultan cuando él ha pasado por ellos… Tú (Ra) iluminas la oscuridad de aquellos que están enterrados”.