Dado que en este mes de noviembre 2006, concretamente el día 16, se ha celebrado sin pena ni gloria el “Día Mundial de la Filosofía”, desde estas páginas de nuestra “Escuela de Filosofía a la Manera

seguimos, y sigo, reivindicando la importancia y la necesidad de la Filosofía en la solución de conflictos, tanto personales como colectivos.

Hoy que tanto está de moda el hablar de “diálogo”, “mediación”, “crear puntos de encuentro”, “solidaridad”, “convivencia”, “alianza de civilizaciones”, y todo un largo etcétera relacionado con el extraordinario y difícil arte del diálogo entre las personas, no deja de ser curioso y llamativo –por no decir preocupante- que nadie señale la importancia de que todo eso que se pide por fuera antes uno ha de vivirlo por dentro, ha de practicarlo.

Platón ya señalaba que la convivencia entre los seres humanos se basaba en LA JUSTICIA y EL RESPETO.

No voy a referirme a las cualidades que ha de tener el hombre justo según Platón, pues entonces me vería obligado a cerrar este tema ahora mismo dado que hoy son muy pocos los “justos”: son pocos los que reúnan en sí mismos “moderación”, “valor” y “discernimiento”.

Pasando a nuestro día a día: ¿Cómo va a haber RESPETO si no hay Justicia? ¿Y es que puede haber JUSTICIA sin Respeto?

¿Qué diálogo va a haber si ya tenemos a los pueblos divididos en categorías según su nivel económico, en Primer o Tercer Mundo, (y el Segundo Mundo no sabemos cuál es ¿cosa curiosa ¿no?)? Si hasta en el mapamundi, por razones de intereses, ahora están “al norte” los países más desarrollados y “al sur” los más pobres, cuando antes los mapas se leían al revés, lo que hoy llamamos Norte se situaba abajo, en el hoy Sur; y esto es algo convencional pues en el Espacio no existen los puntos cardinales.
Esta clasificación es una forma atroz de racismo entre los listos y los tontos, los ricos y los pobres.

Ni puede haber encuentro cuando, partiendo desde una posición de fuerza, los ricos explotan a los pobres, nos aprovechamos de su necesidad y dejamos que sus materias primas y mano de obra barata vayan a manos de unos pocos aprovechados… para que aquí podamos tener un derroche estúpido.
A nivel general, en cualquier ámbito de la vida, si las relaciones fallan es porque hay falta de Respeto y de Justicia: hay que tener presente al “otro” con sus necesidades, sus inquietudes y su cultura; y hay que buscar lo que es beneficioso para ambas partes, para la mayoría y no para una ínfima minoría.

Hoy vivimos en un mundo marcado por las ganancias, los intereses económicos y el capital; lejos ha quedado el ser humano y sus intereses humanos. Nuestro mundo se ha convertido en un mercado donde a todo se le pone precio. ¿Dónde está la verdadera Justicia y el auténtico Respeto?
Ya Platón avisaba de que había que vigilar que los comerciantes tuvieran unas ganancias justas (y no abusivas), y que no metieran jamás sus manos en el gobierno. Y es que el comerciante busca SU beneficio, no el beneficio de TODOS.

Justicia y Respeto, dos de los grandes desafíos para nuestro tiempo. Pero si queremos cambiar el mundo, seamos valientes y empecemos a llenar nuestras relaciones de Justicia y Respeto. ¡Sí, las NUESTRAS! No esperemos que lo hagan los demás. Veremos como nuestro comportamiento será ejemplo para otros y, no lo olvidemos, que aunque seamos apenas un puñado de arena, como dice el cantautor Jorge Cafrune: ¡Pero hay montañas de arena!

La Filosofía sirve: No sólo aporta ideas, sobre todo despierta solidaridad comprometida.

Javier Saura