Por fin acabó el rocambolesco rodaje de escenas de la futura película "Knight and Day", con la presencia de Tom Cruise y Cameron Diaz.

Varias celles céntricas de Cádiz fueron dispuestas a semejanza de las de Pamplona por San Fermín. Los protagonistas de la película tenían que verse envueltos en mitad de un encierro pegando tiros a los malos.

El primer día se hizo un ensayo en el que los toros, afortunadamente mansos, deberían recorrer la zona prevista para ello, "debidamente protegida", para ver cómo se comportaban y, de paso, intentar tomar algunas escenas del galope.

Pero seguramente, la empresa contratada por la productora para esto no tenía mucha idea de las costumbres de los astados, y, nada más salir de las improvisadas cuadras, a uno de ellos le dió por buscar un atajo, y de una embestida derribó las flacas barreras que pretendían forzarlo a ir por donde se esperaba.

Ya teniendo via libre, hizo un giño a sus compis y le siguieron seis más, que a galope recorrieron el casco antiguo, sin control, llegando hasta un terreno baldío junto a la Caleta, donde, viéndose libres y tranquilos, se dispusieron a charlar de sus cosas, sin más.

Pudo haber una catástrofe, porque las calles de Cádiz en el centro histórico son muy estrechas, pero, milagro, solo hubo dos heridos leves.

¡Tenía que pasar en Cádiz! Enseguida fue motivo de toda clase de chistes y guasas, de anécdotas y risas. Menos mal que aquí nos reimos hasta de las cornadas, y, como dicen por aquí, son peores las cornadas de los de dos patas que las de los de cuatro.

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