Cádiz, siglo I d.C.
Filósofo nacido en Gades (Cádiz), vivió en el siglo I, y se sabe muy poco de su vida.

Confundido durante mucho tiempo con su paisano, el gran filósofo y agrónomo Lucio Junio Moderatus, mas conocido por su apodo “Columela”.

Enseñó en Roma en la época de Nerón, y fue contemporáneo del gran filósofo Séneca.

Obra

En su obra hizo una cosmogonía de índole emanantista que, posiblemente, influyera en Plotino. De la Razón Universal, y a través de la Cantidad Ideal y de la Cantidad Real, se derivan por emanación todos y cada uno de los seres singulares del Universo.

Dentro del movimiento filosófico de su época, caracterizado por el Eclecticismo, significó la restauración de la filosofía de Pitágoras mediante lo que se ha venido a llamar Neopitagorismo. Escribió unas Lecciones pitagóricas en griego, distribuidas en once libros, que se ha perdido, si bien Estobeo en su Florilegium ha conservado tres fragmentos que versan sobre la teoría de los números. Estos textos fueron recogidos y traducidos por Adolfo Bonilla y San Martín en su Archivo de Historia de la Filosofía, Madrid, 1905. Anteriormente los editó Mullach en Fragmenta philosophorum graecorum, París, 1881, tomo II, pág. 48.

Sus ideas han llegado a nosotros también indirectamente, a través de escasos pero extensos pasajes de filósofos neoplatónicos e historiadores griegos (Plutarco de Queronea en sus Moralia, IV; Sirano, Suidas, Eusebio de Cesarea, el comentario de Simplicio a la Física de Aristóteles, Jámblico, que comenta sus enseñanzas sobre el alma y según las cuales ésta es una construcción numérica armónica permanente y universal en unidad y se cuenta entre las sustancias matemáticas, y dos pasajes extensos de Porfirio en sus Vidas de Plotino (cap. XX) y Pitágoras (cap. XLVIII), donde comenta su interpretación de los números y los principios primeros).

Moderato fue llamado por San Jerónimo vir eloquentissimus (hombre muy elocuente). Según Étienne Vacherot, citado por Marcelino Menéndez Pelayo en sus Ensayos de crítica filosófica, Moderato intenta fundir en una sola doctrina el pitagorismo y el platonismo. Este filósofo admitía, además de la materia, tres principios de las cosas: la unidad primera, superior al ser y a toda esencia; la unidad segunda, que es el verdadero ser, lo inteligible, las ideas; la tercera unidad, que es el alma, y que como tal, participa de la unidad primera y de las ideas. En cuanto a la materia, Moderato intentaba enlazarla con el principio divino. La razón universal (decía), queriendo dar nacimiento a todos los seres, había separado de su esencia la cantidad, retirándose de ella y privándola de todas las formas e ideas que le pertenecen. Esta cantidad, esta idea, separada, por privación, de la razón universal que contiene en sí misma las razones de todos los seres, es el modelo de la materia corpórea. Por consiguiente, la materia no es otra cosa que la cantidad ideal desprendida de la unidad divina y convirtiéndose, por su separación, en cantidad real, sin forma y sin unidad, dividida y dispersa hasta lo infinito.

El Neopitagorismo se configuró en torno a estas características propias:
* Exaltación de la importancia de la vida y obra de Pitágoras.
* Sincretismo filosófico, que admitía junto a doctrinas estrictamente pitagóricas teorías de corte platónico, aristotélico y estoico.
* Sincretismo religioso: se admiten en la filosofía neopitagórica principios extraídos de diversas religiones (la egipcia y otras del cercano Oriente).

Los neoplatónicos y los pitagóricos hicieron causa común para oponer su propio sistema de regeneración espiritual a otras doctrinas imperantes en la época, y, como consecuencia de esto, llegaron a una cierta mixtura ecléctica, de forma que ambas doctrinas se interpenetraron, asimilando además otros elementos platónicos, aristotélicos, estoicos y orientales.

José Carlos Correas
Instructor de Nueva Acrópolis en Cádiz

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