Junio, noche del día de San Juan. San Juan el Bautista, aquél que vestía solo un taparrabos y se alimentaba solo de miel silvestre y langostas (¡vaya dieta más buena!). El que bautizaba con agua antes que su primo y Maestro bautizara con fuego.
Ante las hogueras encendidas en lo oscuro de la noche, celebramos año tras año el comienzo del día de la plenitud del sol, del sol en lo más alto, del día de menos oscuridad y de más luz.

Nos chamuscaremos un poco con el fuego de la hoguera, nos sumergiremos en el agua mar que todo lo limpia, pisando con los pies desnudos la tierra que nos sutenta. En el aire fresco de la noche.
 
Y echaremos todo lo viejo e inservible que encontremos para que el fuego lo haga solo humo y cenizas. Cosas que ya no nos sirven, que ocupan un espacio precioso en nuestra casa, y que nos dan la lata más que lo necesario. Esperamos terminar algo más limpios y ligeros. Y también imitar a Juan en sus cosas, sobre todo en lo de las langostas.

Javier Saura nos hablará sobre la magia de esa noche, en que se conjuran los elementos a nuestro favor, si es que le damos la atención y el protagonismo necesarios.