Macrocosmos y microcosmos: exposición guiada. "El ser humano entre dos infinitos".

Uno de los principios filosóficos de la antigüedad es que “el hombre es la medida de todas las cosas”. El ser humano se concibe así como un espejo donde se reflejan las Leyes Universales, las que dan sentido, vida y dirección al Universo: somos un microcosmos (pequeño universo) dentro del macrocosmos o Gran Animal Celeste, como llamaba Platón al Universo.

Así concebido, el ser humano se convierte en un modelo a escala de lo universal: dentro de sí mismo están las mismas características que rigen al Universo, por lo que si me conozco, conozco también en esencia el Universo.

Pero también está el proceso inverso: si conozco el Universo (las Leyes Naturales), sus Leyes me las puedo aplicar para conocerme mejor.

Hijos del Universo, formamos parte de él, y hay en nosotros una parte de eternidad y de universalidad, sin dejar de tener nuestras limitaciones personales y materiales. Microcosmos en el macrocosmos, formamos parte de la Vida y la Vida fluye por nosotros.

Esta exposición es un paseo por algunas de las ideas de la Filosofía y Tradición antiguas donde el hombre era visto como parte vital del todo, del Universo, una forma de pensar que es la base de la actual ecología y de la Teoría GEA, que ve a la Tierra como un ser vivo a la que le afectan directamente los actos humanos.

 

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