Todos los años celebramos la noche de San Juan, el solsticio de Verano. Un buen momento para la renovación. Ya se acerca.

La milenaria celebración de la noche de San Juan, en definitiva del Solsticio de Verano nos abre paso a la época de esplendor y madurez de la Naturaleza. Por eso existen tantas tradiciones acerca de recoger plantas curativas o para la preparación de mágicas pócimas.

Las tradiciones de esta noche están en relación con el agua y el fuego. El agua, ya sea en el baño nocturno en la playa como hacemos los gaditanos, o recogiendo el primer rocío de la mañana para embellecer el rostro de las jovencitas. El fuego, ya sea para saltarlo en tres ocasiones, como manda la tradición, o para pasar por encima de las brasas o para quemar el gaditano "juanillo", en donde expresamos todo aquello de lo que nos queremos desprender para comenzar una nueva etapa ligeros de equipaje.

Este año no sabemos si se podrán seguir haciendo fuego en la playa y si los bomberos se empeñarán en apagar los juanillos nada más encenderse (¿será por el miedo a que el Levante esparza las brasas por toda la ciudad?). Pero al menos podremos disfrutar en compañía de los amigos de una noche especial, la noche de más corta duración.
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