Charla – Coloquio
Lunes 31 de Octubre de 2005
A las 21:00 horas
Prof. Javier Saura Vílchez Personaje histórico elevado a la categoría de mito, el rey Arturo tiene un imaginario simbólico riquísimo, desde la épica del héroe que llega a ser rey partiendo de la nada y del anonimato, a todas las arcanas tradiciones que hablan del mito de la realeza. Pero también hay unas claves más cercanas, más intimas a nosotros: las claves psicológicas donde el proceso de Arturo, a lo largo de toda su vida, es una historia novelada de lo que le sucede al hombre en busca de su propia identidad, en busca, quiérase o no, del "¿quién soy? ¿de donde vengo? y ¿a dónde voy?", las tres grandes preguntas de la Filosofía. Y en esa búsqueda de respuestas intervienen nuestras ideas, nuestras emociones, nuestros afectos, nuestros sueños y nuestros miedos y desesperezanzas, en fin, interviene toda nuestra psique, todo nuestro mundo emocional o psicológico. Y así Arturo es la búsqueda de la armonía psicológica o equilibrio dentro de cada ser humano.

Dentro del mito resalta la figura de La Tabla Redonda, más que una mesa es todo un símbolo de concordia y convivencia, de armonía. Pero esta armonía de la Tabla Redonda sólo será posible en la medida que exista un rey Arturo. De esta forma el mito vuelve sobre sí mismo y nos vuelve a poner de cara ante la gran cuestión de la vida: NUESTROS ACTOS SON EL REFLEJO DE NUESTRO SER INTERIOR. Y cuando Arturo pierda la realeza se desmembrará la Tabla Redonda.

La Tabla Redonda es también una de las grandes enseñanzas de este mito: que en la ciudad de Camelot, capital del reino de Arturo y sus caballeros, en el centro del palacio estaba la Tabla Redonda, la mesa donde reinaba la concordia entre los hombres, entre los pueblos. Recogiendo unas palabras del profesor Livraga sobre este mito y la posibilidad de volver a revivir esa concordia de La Tabla Redonda, dejamos al lector para que reflexione: "Nnca olvidéis que por un instante existió un Camelot."

Javier Saura