El pasado día 26 de Enero, a las 8 de la tarde tuvo lugar en nuestra sede la conferencia "Aztecas y Mayas: Historias y Leyendas" a cargo de nuestro director Javier Saura.

 A continuación ofrecemos un extracto de la misma, realizado por el conferenciante.

AZTECAS Y MAYAS: HISTORIAS Y LEYENDAS

Mel Gibson ha puesto de moda a los mayas y, de paso, a todos los pobladores de México, destacando los aztecas como el imperio más poderoso de la época de la conquista española.
Es cierto la existencia de sacrificios humanos para extraer el corazón de las víctimas y ofrecerlo para atraer sobre el pueblo el favor de los cielos, pero ello no debe limitarnos en una profundización de la vida e historia de las gentes que poblaron lo que hoy es México, más parte de Guatemala, Honduras y Belice.
Toda una increible cultura se desarrolló en mesoamérica; una cultura autóctona cuya expresión artística no tiene nada que ver ni con la china ni mesopotámica, las dos raices de la cultura que se desarrollarán en Asia y en el Mediteráneo.
No podemos, bajo ningún concepto, defender ni justificar los sacrificios humanos, ya sean de los mayas, los celtas, las tribus africanas o quien sea. Nuestra concepción humanista nos lleva a rechazarlos de plano, y también a rechazar cualquier sacrificio inútil de cualquier ser vivo.
Pero como filósofos debemos acercarnos a las diferentes culturas para, desde el conocimiento, establecer un punto de contacto que nos permita aprender de las diferentes formas de comportamiento, tanto para recoger lo que pueda mejorarnos como para rechazar lo que nos bestialice.
Así descubrimos una increible concepción del cosmos y de la vida como un eterno enfrentarse de fuerzas contrarias, donde el ser humano juega un papel fundamental en el equilibrio del universo. Y al lado de dioses sanguinarios tenemos deidades que la rechazan y que piden a las gentes que se purifiquen a través de su spropio sacrificio de superación: Quetzalcoatl, la Serpiente Emplumada o Serpiente Alada, místico dragón que representa la unión armoniosa de las fuerzas celestes y terrestres, de lo aereo y de lo terreno, cuyo emblema hoy es el escudo de este hermoso país que es México, y que antaño fue el hecho real que llevó a los aztecas a establecerse en lo que hoy es la ciudad de México D.F. O el dios de las Flores, en cuyo cuerpo se abren flores allí donde hay centros de energía o chakras según la tradición hindú. Toda una serie de figuras donde a veces no sabemos si se trata de un buda o de  una deidad o sacerdote maya.
Repulsión y atracción a la vez. Parece como si mayas y aztecas hubieran conseguido su propósito: todo se mueve entre dos fuerzas, todo es movimiento y la clave depende de como TÚ actúes.
Un mundo fantástico, tan cercano durante tantos años para los españoles y, por nuestro exclusivismo estúpido y ñoño, tan lejano e ignorado a la vez. Acercarnos a él y a las historias que lo formaron y nos dieron su carácter no es sólo una buena forma de acercarnos al pasado, también es un paso para abrir nuestra mente hacia el futuro, interesándonos por lo que mueve a otros pueblos. Sólo así podremos desarrollar un sólido sentido de solidaridad, de “familia humana”.

Javier Saura

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